Situada en el complejo de la antigua abadía suiza de Pfäfers, esta clínica de geriatría psiquiátrica está estructurada en torno a dos patios interiores de condición tranquila e introvertida, una organización que resuena con la del viejo monasterio y que asimismo permite rebajar la altura de las crujías, de manera que el edificio pueda integrarse con naturalidad en su contexto.

La mayor singularidad del proyecto no es, sin embargo, tipológica, sino constructiva, y estriba en los paneles de gran formato, pesados y prefabricados, que configuran la envolvente. Completamente montados en taller, dichos paneles —de hasta 5,5 metros de longitud y 3,5 de altura— están construidos fundamentalmente con piezas de clínker fijadas superior e inferiormente a dos marcos de hormigón armado visto (que son los que revisten los cantos de forjado), y rigidizados mediante tensores de acero inoxidable que pasan por los huecos dejados a tal efecto en las piezas cerámicas.

Las condiciones del lugar —a 800 metros de altura y con fuertes heladas— determinaron la fabricación de los ladrillos de clínker, diseñados especialmente para el proyecto y obtenidos mediante un proceso de sinterización que volvió al material más resistente y denso, además de menos poroso y, por tanto, más adecuado para resistir, sin merma de sus cualidades, los duros inviernos suizos.