El nuevo centro para la Sociedad de Alzheimer de Irlanda busca tanto proporcionar un espacio de respiro a las personas que padecen la enfermedad, como un medio de apoyo para sus familiares. Por ello, el proyecto se aleja de los modelo de edificios sanitarios predominante durante el siglo XX, en el que se favorecía los principios de eficiencia frente a conceptos como la calidez de los materiales o la relación directa con el exterior. Además, el diseño debía partir de la premisa de crear espacios flexibles y serenos, que minimizasen las distracciones y favoreciesen la orientación de los usuarios. Con este fin el conjunto se compone por una sucesión de muros de ladrillo, que crean un entorno protegido y aislado, y en el que los distintos patios, jardines y pabellones se conectan por un corredor perimetral con vegetación. También se presta especial atención a la colocación de las edificaciones para ofrecer zonas exteriores con distintas orientaciones, y así asegurar que sea posible disfrutar del aire libre a lo largo de todo el día. En el interior, las superficies de madera y los cuidados detalles de carpintería, como los asientos empotrados bajo las ventanas, se alternan con los paños de ladrillo y las grandes aberturas, generando un ambiente calmado y con vistas sobre alguno de los múltiples jardines privados...