Esbozado por Rino Levi poco antes de su fallecimiento, el edificio para la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo contaba con un zócalo de usos comunes situado a media altura respecto a la calle, que veinte años después de su construcción había dejado de ser funcional y necesitaba ser remodelado. Con la ampliación de los carriles y el correspondiente estrechamiento de los paseos públicos de la avenida Paulista, los accesos a estas entreplantas se vieron muy afectados, y el jardín original, diseñado por el paisajista Burle Marx, perdió su carácter público. La misión de Mendes da Rocha sería, pues, reorganizar los programas y los flujos para reconciliar la actividad del edificio con la nueva vida urbana de la avenida.

Gracias a una innovadora técnica de cirugía a gran escala, basada en el corte láser, se demolieron de forma precisa determinados forjados para ampliar el espacio de recepción desde la calle y reconfigurar el volumen libre del conjunto. Tras esta operación de limpieza espacial, los usos culturales se introdujeron de forma parasitaria mediante estructuras ligeras de acero que, por su escaso peso propio, podían apoyarse directamente en el armazón de hormigón. Así, la nueva intervención contrasta y se complementa con lo existente.