Los muros de piedra preexistentes en la parcela de diez hectáreas situada cerca de Garrison, Nueva York, se convierten en el referente formal de los 650 metros cuadrados que despliega esta residencia. Una pareja de paramentos paralelos que se desarrollan siguiendo la dirección del camino de acceso separan los dos pabellones cubiertos por planos horizontales escalonados para aprovechar la suave pendiente del terreno. Estos muros parecen surgir directamente de la roca para crear una concatenación de espacios interiores, bañados por la luz procedente de precisas aberturas, que también enmarcan el fértil paisaje circundante.

Al atravesar la casa de este a oeste se establece un recorrido que parte desde el dormitorio principal, desciende por una caja de escaleras hasta alcanzar el espacio confinado entre los dos muros que contienen los dormitorios de invitados, y extiende las vistas hasta un pequeño estanque. Al seguir una dirección perpendicular se obtiene una secuencia que comienza en la vía rodada, atraviesa longitudinalmente el ala de invitados para culminar en la piscina diseñada al sur. En la intersección de ambos recorridos se produce la entrada principal. Se emplean estructuras de acero y madera ocultas tras los bloques de caliza, una piedra abundante en la zona... [+]


Cliente Client

Steve Holley

Arquitectos Architects

Thomas Hanrahan, Victoria Meyers

Consultores Consultants

Joe Tortorella, Kristian Fields, Scott Hughes, Robert Silman (estructura structure); Charlie Copeland, Vinny Valetutti, Goldman Copeland (instalaciones engineering); Signe Nielson (paisajismo landscaping)

Contratista Contractor

Greg Heitmann

Fotos Photos

Michael Moran, Paul Warchol