Para describir la que había de ser su casa de invitados, una pareja de artistas de Abiquiu, en el estado fronterizo de Nuevo México, sugirió la imagen de un mobile-home plateado de la compañía Airstream, la más popular entre los campistas americanos. El matrimonio vive en una planicie elevada, azotada por fuertes vientos que a lo largo del tiempo han erosionado el paisaje. La pieza levantada, con cubierta inclinada y fachada de aluminio, parece haberse deformado también por efecto del viento: la forma parece surgir por efecto de una corriente de aire que hubiera atravesado la vivienda dando lugar al túnel por el que se accede a ella.

La sencillez del programa cedió tiempo para investigar en el método de construcción. La empresa que había de suministrar los paneles de aluminio acostumbra a emplearlos envolviendo una estructura previamente definida. Aquí, sin embargo, se trató de dar con una técnica en la que cerramiento y estructura fueran lo mismo, o al menos, no pudieran disociarse. Establecida la forma de la casa mediante un programa de diseño en tres dimensiones por ordenador, se dividió el volumen en veinticuatro paneles compuestos: además del acabado exterior de aluminio-zinc y dos membranas impermeabilizantes, los 25 centímetros de grosor comprenden una estructura de perfiles también de aluminio que a modo de costillas permiten dar al panel la forma precisa. Una vez fabricados, los paneles se llevaron hasta la parcela y se fijaron sobre una solera de hormigón. Dado que la estructura va incorporada, basta con silicona para sellar los paneles entre sí. En cubierta, una composición a modo de piezas de tetris, deja libres cinco huecos de forma irregular que iluminan cenitalmente el interior.

Los apenas 85 metros cuadrados de la casa alojan cocina y salón-comedor en planta baja, y un dormitorio en la planta superior. Al otro lado del túnel quedan un almacén al que se accede desde el exterior y un estudio en la planta superior, vinculado al resto de espacios de la casa. Un perfil de acero lacado en negro en el centro de la planta ayuda a soportar el peso de la escalera exenta y del altillo.

El viento que a menudo atraviesa el túnel enfría la casa de forma natural en verano. Las células fotovoltaicas instaladas en cubierta captan la energía solar que se utiliza no sólo en la casa sino también en otras construcciones de la misma finca. Una segunda Turbulence House, fabricada para una exposición en la Basílica Paladiana de Vicenza, se halla ahora de forma permanente en un parque privado de esculturas en Schio (Italia)... [+]