La rehabilitación de esta vivienda situada en Miraflores, una pequeña localidad de Muros (La Coruña), tuvo como argumento principal el respeto al lugar. Este propósito se hizo depender del trabajo cuidadoso con realidades como la escala del entorno de la casa, las preexistencias, la cultura material y las vistas. Con la escala, porque la intervención ha respetado el tamaño y la volumetría del enclave rural al que pertenece, al no haber ampliado ni su huella construida ni su altura. Con las preexistencias, porque de los tres volúmenes de que constaba el conjunto se ha eliminado un añadido sin valor que rompía el esquema típico de la casa popular gallega, y se ha sustituido por otro nuevo cuya forma y volumen replica el de los otros dos, de mayor antigüedad. Con la materialidad, porque se han limpiado y rejuntado los muros de cantería para poner en valor la piedra, material al que complementan la fachada de hormigón visto del nuevo volumen y la cubierta de zinc que dota de unidad compositiva a la vivienda. Y, finalmente, con las vistas sobre la ría, porque se han abierto tanto dos grandes ventanales panorámicos en el nuevo pabellón como tres lucernarios de distintos tamaños que bañan de luz los muros de piedra de la casa, para acabar acrisolando lo nuevo en lo viejo...
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