En el municipio gerundense de Vilopriu, en la comarca del Bajo Ampurdán, se alza esta vivienda de 146 m², cuyo diseño se articula a partir de una sucesión de cubiertas en forma de V invertida que evocan las alas de una mariposa. Estas superficies inclinadas, de distintas dimensiones, convergen en una zona central, generando un juego dinámico.

Sobre una base de piedra, los volúmenes se distribuyen entre patios y jardines, estableciendo una estrecha relación con el entorno. El recorrido interior está definido por un cuidado trabajo de materiales y por las conexiones que se generan entre las estancias y el exterior. Las formas de las cubiertas permiten crear ambientes con distintas alturas, aportando riqueza espacial.

Gracias a la estratégica disposición de aperturas, la vivienda aprovecha la luz solar en invierno, mientras que en verano se protege del calor mediante vegetación, celosías y una pérgola. Además, el diseño facilita la ventilación cruzada natural. La elección de materiales como la madera prefabricada para la cubierta y la cerámica en revestimientos y pavimentos refuerzan la integración con el entorno y aportan calidez a los espacios interiores.