El proyecto da respuesta a la combinación de necesidades de los clientes, una pareja con dos hijas; con un entorno urbano poco consolidado, una parcela entre medianeras a las afueras del municipio catalán de Villafranca del Panadés; y un presupuesto inicial muy ajustado. El punto de partida es el dimensionado de la superficie construida necesaria para satisfacer los requerimientos programáticos, cuyo resultado —unos 150m²— era inferior a lo permitido por la normativa. Con estos condicionantes, la vivienda propone agrupar toda la superficie edificada contra la medianera nordeste, pero mantener la volumetría máxima con una franja translúcida, que hace las veces de captador solar y de espacio intermedio para mejorar las condiciones interiores. Esta estrategia permite minimizar la superficie edificada y climatizada a la estrictamente necesaria, a la vez que reduce el coste y los plazos de la ejecución. Si los espacios intermedios se resuelven con elementos constructivos ligeros, los interiores utilizan técnicas húmedas, como bloques de hormigón con tierra compactada, para asegurar la estabilidad térmica gracias a su alta inercia. El muro que separa las dos partes no está aislado, funcionando como acumulador de la radiación solar incidente y liberándola en las horas nocturnas.