En Sarzeau, en la región francesa de Bretaña, se promovió la producción vinícola después de setenta años de parón, una actividad presente en la zona durante siglos hasta la década de 1950. Los viticultores Guillaume Hagnier y Marie Devigne plantaron 25.000 cepas en un emplazamiento elegido por el ayuntamiento, terreno que albergaba un molino.

La nueva bodega envuelve la construcción existente rehabilitada. Su disposición fluida optimiza el proceso de vinificación, desde la vendimia en el norte hasta la finalización del producto en el sur, garantizando al mismo tiempo una buena inercia térmica.

El enlucido de cal y yeso con arenas locales define los muros de la composición curva. Al este, un recinto construido se integra modestamente en el paisaje y alberga el trabajo de los viticultores. Al oeste, los muros de la bodega se abren ofreciendo vistas sin obstáculos al entorno. Los espacios de intercambio, degustación y museografía ponen de relieve la evolución de las prácticas enológicas e invitan a los visitantes a descubrir la historia de los viñedos de Sarzeau.