Conocido por el vino epónimo que produce, el territorio de la Jurisdicción de Saint-Émilion, formado por ocho pueblos y sus viñas, fue declarado en 1999 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en la categoría de paisaje cultural.

El británico Norman Foster diseña un edificio que busca mimetizarse respetuosamente con las colinas de suaves pendientes que lo rodean. Con tejas de terracota, la cubierta abovedada presenta una estructura de madera con 40 metros de diámetro, cuyas vigas inclinadas apoyan unas sobre otras, permitiendo un espacio libre de columnas y vistas de 360 grados a los viñedos. La luz natural accede también a través de un óculo de 6 metros de ancho que perfora el tejado. La base del edificio de planta circular está realizada con tierra compactada y hormigón.

Parcialmente enterrado para reducir su impacto visual en el entorno, el volumen contiene dos niveles y dos rampas de acceso, una exterior y otra interior, que conducen a la planta superior. Esta última ofrece a los visitantes un recorrido por las diferentes etapas de la producción vinícola, situada en el corazón del nivel inferior. Un atrio circular permite también las vistas cruzadas entre ambas alturas.