El histórico Mercado Central de Abu Dabi es uno de los lugares más antiguos de toda la ciudad. Inspirado en la arquitectura tradicional del Golfo, el proyecto tiene por objeto reinventar el mercado como un complejo lugar contemporáneo de uso mixto, al tiempo que se propone regalarle a la ciudad un nuevo centro cívico. Como alternativa a la globalización, el Mercado ofrece una interpretación moderna de la construcción vernácula local y, al igual que ocurre en los zocos tradicionales, los diferentes tipos de comercio —que varían desde tiendas de lujo a mercados de comida y puestos de artesanías— se entremezclan en el interior del edificio, bajo una luz filtrada, a lo largo de plazas, patios y callejones.

El proyecto incluye el desarrollo de tres torres, que se elevan sobre la densa superficie de celosías, y cuyas alturas y volúmenes varían en función de si albergan oficinas, residencias, hoteles o apartamentos. Visualmente forman una familia, con fachadas lisas reflectantes diseñadas para tener pocas necesidades de mantenimiento. Las torres se agrupan para optimizar el plano del suelo, manteniéndose suficientemente espaciadas para garantizar la privacidad y las vistas desde cada punto. El efecto que producen es el de un conjunto armonioso, un hito para este emplazamiento céntrico y un nuevo lugar de referencia en la ciudad de Abu Dabi.

Los edificios se diseñan según criterios estrictos de sostenibilidad, incluyendo en las torres soluciones de fachada que integran capas internas de sombreado para el control del deslumbramiento y la ganancia solar. Continuando con los característicos espacios verdes de Abu Dabi, las cubiertas de los edificios de menor altura conforman un conjunto de jardines aterrazados. El proyecto incluye una secuencia de caminos peatonales abiertos al público y espacios en los que los límites entre el exterior y el interior se disuelven, acordes al clima local, en el que durante un periodo de cuatro meses al año las temperaturas son agradables para pasear y sentantarse al aire libre. La refrigeración de los espacios interiores se lleva a cabo de forma natural cuando las condiciones lo permiten y, durante el resto del año, se cierran mediante techos y paredes deslizantes, permitiendo el control climático. Las perforaciones en la cubierta y en los paramentos interiores continúa en el exterior, generando una fachada con textura que envuelve el podio del edificio. El diseño de los paneles está basado en formas octogonales, que hacen referencia tanto a los aliceres, o azulejos tradicionales islámicos, como a geometrías matemáticas contemporáneas.