Colección Goetz, Múnich
Herzog & de Meuron 

Colección Goetz, Múnich

Herzog & de Meuron 


En este barrio residencial de Múnich, las grandes parcelas de las villas existentes se funden en una suerte de parque continuo con plantaciones consolidadas de abedules, sauces y algunos ejemplares de hoja perenne. Entre el denso arbolado y junto a una casa de los años sesenta se destruyó otra pequeña vivienda para levantar una galería donde albergar la colección Goetz, reunida a lo largo de los últimos treinta años y que incluye obras de Ryman, Twombly, Kounellis y Nauman. En el momento del encargo no se sabía si la exposición se abriría al público o sería de disfrute exclusivamente privado, por lo que el volumen propuesto cierra desde la casa la perspectiva del jardín, a la vez que se sitúa próximo a la calle. La altura de cornisa y la superficie máxima a ocupar en planta venían impuestas por las ordenanzas de la zona, lo que hizo necesario enterrar parcialmente el volumen para poder ubicar el espacio de exposición previsto.

De esta manera, se propone una caja de hormigón enterrada que sustenta un entramado de madera y vidrio. Evitando la solución habitual de reservar el sótano para dibujos o instalaciones de vídeo, una banda acristalada introduce luz natural a las salas bajo rasante al tiempo que resuelve exteriormente el encuentro del edificio con el suelo. El mismo mecanismo de iluminación se utiliza en el nivel superior, atrapando entre dos bandas de cristal translúcido los paños de contrachapado de abedul que arriostran la estructura de madera laminada y ocultan el ámbito expositivo de la última planta. Este cerramiento, que envuelve el edificio con una regularidad sin excepciones, desdibuja al exterior los episodios de una sección que quiere romper con la estratificación de la caja. Así, un espacio de doble altura se asocia a la escalera situada en el testero norte y dos cajones de hormigón en U a nivel de la entrada (que acogen la biblioteca y la recepción) cruzan el vacío de la sala inferior procurando una relación vertical entre las distintas estancias.

Abstracto e introspectivo, el espacio de exhibición no guarda relación alguna con el exterior. Las paredes de las salas —de 4 y 5,5 metros de altura— se presentan con el revoco de yeso sin pintar, reteniendo en su superficie la luz que se filtra por el cristal translúcido. Tanto la planta superior como la sótano se dividen en tres ámbitos comunicados entre sí mediante huecos enfilados que sustituyen con perspectivas interiores las vistas del parque. Desde fuera, sólo es posible conocer lo que sucede en el edificio a través de la biblioteca, cuyos paños de vidrio transparente permiten mirar más allá del volumen callado de este pequeño estuche para el arte.[+][+]


Cliente Client
Ingvild Goetz

Arquitectos Architects
Jacques Herzog, Pierre Meuron 

Colaboradores Collaborators
Mario Meier

Consultores Consultants
J. P. Meier-Scupin (dirección de obra site supervision); Behringer & Müller (estructura structure); Waldhauser (instalaciones mechanical engineering)

Fotos Photos
Margherita Spiluttini, Hisao Suzuki