En 2006, el hoy desaparecido Ministerio de Vivienda convocó un concurso de ideas bajo el significativo nombre ‘Hacemos ciudad’, para el desarrollo de siete actuaciones residenciales innovadoras dentro del territorio español (véase AV Proyectos 17). Entre las propuestas premiadas figuró el proyecto del estudio madrileño Zigzag —formado por Bernardo Angelini y David Casino— para la construcción de una manzana residencial en el centro de la localidad asturiana de Mieres.
Con el fin de recuperar las vistas sobre el valle que rodea a la ciudad, la propuesta deconstruye la manzana tradicional de 6-7 alturas exigida por la normativa al proponer una volumetría en diente de sierra que permite que el sol y la ventilación puedan llegar hasta el patio interior, transformándolo, de este modo, en una plaza habitable. Los áreas diurnas de las viviendas —pasantes para garantizar la ventilación cruzada y la doble orientación— se vuelcan a este patio interior, mientras que las nocturnas miran a la ciudad. Este doble carácter de la envolvente se traduce en su doble configuración material: la cara urbana se materializa en acero, recordando el pasado industrial de Mieres, mientras que la interior, que busca unra referencia más rural, se reviste con madera.