En 1965, la autoridad portuaria de la principal ciudad de Oregón encargó a la firma local ZGF Architects un plan director para hacer crecer su terminal de vuelos, punto estratégico en las conexiones domésticas con el Pacífico y Alaska. Así comenzó una duradera asociación que lleva seis décadas fructificando en remodelaciones y expansiones del hub, la última de las cuales, completada este verano, es la más ambiciosa hasta la fecha. El edificio central del aeropuerto ha duplicado su espacio de operaciones y unificado instalaciones y servicios bajo un enorme maderaje suavemente ondulado y matizado por generosos lucernarios, que redefine por completo la experiencia de los pasajeros. Prefabricada para alterar lo mínimo el funcionamiento del conjunto, la estructura mixta de acero y madera de proximidad ha permitido reducir significativamente la huella de carbono de las obras.