WilkinsonEyre en Londres
Mercaderes en el templo
Cuando Pink Floyd soltó en 1977 su célebre cerdito hinchable entre las chimeneas de Battersea, parte de la central eléctrica —construida en dos fases bajo la dirección de sir George Gilbert Scott, autor también de la planta que hoy alberga la Tate— ya había dejado de funcionar. La actividad restante se suspendió en 1982 y esta catedral de ladrillo a orillas del Támesis pasó a ser un elefante blanco que durante treinta años vio cómo innumerables planes de reconversión no terminaban de despegar. Hasta que en 2012 un grupo inversor malasio se hizo cargo del vasto recinto y encargó a la oficina londinense WilkinsonEyre restaurar el edificio para transformarlo en el epicentro de una ambiciosa promoción comercial y residencial. Abiertas finalmente sus puertas el pasado 14 de octubre, tras la exquisita intervención persiste no obstante el interrogante de si un centro comercial de marcas de lujo, despachos multinacionales y prohibitivos apartamentos son la nueva vida que necesita el patrimonio para ser salvado del abandono o la piqueta...[+]