Arte y cultura 

Vidrio animado

Bruno Taut y la Glashaus

Joaquín Medina Warmburg 
30/06/2014


Bruno Taut no pudo haber sido más contundente en su oposición a quienes en 1914 postularon desde las altas esferas del Deutscher Werkbund una política de la tipificación como vía para una mejora cualitativa de la producción industrial alemana. Para Taut, la restricción a un número de tipos esenciales en pos de una nivelación social y cultural, implicaba una intolerable burocratización de la creatividad. De ahí que reclamara con vehemencia la instauración de una ‘dictadura artística’, en la que la base se nutriera de lo desarrollado en la cumbre de una pirámide ocupada por los más excelsos artistas de su tiempo. No evitó dar nombres y señaló a Hans Poelzig y a Henry van de Velde como los candidatos más cualificados para liderar —por períodos de tres años— aquel nuevo absolutismo. Pero resulta fácil reconocer en aquel rol al propio Taut como demiurgo redentor, que recrearía poco más tarde con la figura del Weltbaumeister (Constructor del Mundo)...


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