Trabajar durante dos años con un maestro como José Antonio Coderch imprime una huella imborrable en la manera de entender la arquitectura. Una vez elegido este sendero resulta imposible volver atrás, como se puede rastrear en la obra del arquitecto Víctor Rahola (Barcelona, 1945) no sólo en sus formas, sino también en la manera en la que describe sus edificios. En las memorias que acompañan sus obras destaca su preocupación por integrarlas en el paisaje. También transmite su interés en lograr un equilibrio entre el eficiente racionalismo constructivo y la optimista habitabilidad, dotándolos de una dimensión pedagógica que incluye homenajes a otros grandes maestros, persiguiendo siempre revelar la verdad construida. Tras la aparición de sendas recopilaciones de su obra, esta nueva monografía despliega a través de abundante material gráfico un recorrido por cinco casas ibicencas, un bloque de viviendas en Barcelona y diez edificios públicos diseminados por distintas poblaciones catalanas, abarcando un período que se remonta 35 años atrás hasta alcanzar realizaciones tan actuales como la subcentral eléctrica en Barcelona. Cuatro incisivos ensayos de Josep Quetglas, Manuel Gausa, Carlos Naya e Ignacio Paricio, terminan por completar la visión poliédrica sobre la obra de Rahola que proporciona este volumen.