Opinión 

Una Ilustración pesimista

Una teoría política de las pandemias

Manuel Arias-Maldonado 
01/03/2021


¿Qué nos dice la pandemia de la covid-19? ¿De qué manera habría de afectar a nuestra percepción de la realidad y a la manera en que nos relacionamos con ella? ¿Qué lecciones debemos extraer de este acontecimiento singular?

Me limitaré a extraer dos enseñanzas de la pandemia y a proponer, a la manera de una destilación de las mismas, una sugerencia normativa.

1. La pandemia ha confirmado que el gran tema de nuestro tiempo es la reorganización sostenible de las relaciones socionaturales.

2. La pandemia muestra los límites de la capacidad humana para anticipar y controlar los acontecimientos.

De las observaciones anteriores se sigue una prescripción de orden normativo: la conveniencia de dar forma a una Ilustración pesimista. No es que la pandemia de la covid-19 produzca por si sola este resultado; más bien culmina de manera espectacular el catastrófico recorrido de nuestro joven siglo, que parecía en sus comienzos destinado a redimirnos de los amargos desastres del anterior.

Entendámonos: así como el optimismo de la primera modernidad es irreproducible, porque ya hemos leído demasiados libros de historia, no por ello hemos de incurrir en un fatalismo que ignore los avances materiales y morales experimentados por la humanidad desde entonces. Hablar de una Ilustración pesimista es así esperanzador: conservamos cierta confianza en la modernidad, aunque nos dejemos las ilusiones más adolescentes por el camino. Los postulados de esa Ilustración pesimista pueden enunciarse sencillamente.

i. Incluso si nos atrevemos a pensar por nosotros mismos, nada garantiza que el fruto de nuestros razonamientos sea benéfico o que lleguemos a los mejores acuerdos intersubjetivos. Pero eso no es motivo para renunciar al uso cauteloso de la razón.

ii. La emancipación total de la humanidad no es un objetivo a nuestro alcance: se trata de una bella ilusión, característica de la primera etapa de la modernidad, que hemos de disipar. En su nombre se han desarrollado experimentos sociales indeseables.

iii. De ahí no se deduce que hayamos de abandonar el ideal emancipatorio, sino que habremos de conformarnos con una emancipación constreñida y reflexiva, cuya precondición es un bienestar material ecológicamente sostenible. No hay una manera única, prefijada, de alcanzar ese objetivo.

iv. No existe una historia humana libre de accidentes y catástrofes, ya sean exógenos (como los virus) o endógenos (como una crisis económica). Los desastres jamás han quedado del todo atrás y siguen esperándonos en el futuro: no podemos evitar su materialización, pero sí cultivar la disposición a hacerles frente.

v. El ser humano acaso sea la medida de muchas cosas, pero no de todas: es necesaria una mayor conciencia de la materialidad del mundo no humano y de su relativa autonomía que, en ocasiones, se expresa de forma catastrófica y, en todo caso, exige del ser humano una permanente tensión inmunitaria.

Es preciso hacer notar, sin embargo, que el pesimismo de la Ilustración no es en absoluto un declinismo: ¿acaso quien despliega una retórica del fracaso no alberga unas expectativas desmedidas sobre las posibilidades humanas? Sería aconsejable formarse un juicio sobre la trayectoria de la especie que se ajustase mejor a sus limitaciones intrínsecas y a la dureza del contexto en que se desenvuelve. Hay desastres y fracasos; contemos con ellos.

La pandemia de la covid-19 no debe conducir al derrotismo. Lo cierto es que la humanidad se ha movido de muchas maneras a lo largo de su historia y las retiradas no son menos características que los avances. Y si la ilustración no solo es una actitud crítica, sino también un aprendizaje, la pandemia nos ha enseñado que la viejísima amenaza de la enfermedad infecciosa no ha desaparecido y que las diferentes temporalidades de la modernidad pueden causar accidentes globales: resultan de aquí exigentes tareas que reclaman el esfuerzo concertado de los pupilos humanos para las próximas décadas. No queda más remedio que ponerse a trabajar.

El texto extracta el epílogo de Desde las ruinas del futuro (Taurus, 2020).


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