Opinión 

Un suicidio premeditado

El caso de las vanguardias soviéticas

Opinión 

Un suicidio premeditado

El caso de las vanguardias soviéticas

Ton Salvadó 
01/01/1991


Iván Leonidov, proyecto para el Instituto Lenin, 1927-1928

El icono es una de las formas de la tradición pictórica rusa que está absolutamente presente en los inicios de las vanguardias ruso-soviéticas. Todos aquellos personajes que luego se convertirían en los protagonistas de aquel episodio se habían iniciado en la actividad pictórica a través de esta técnica. De origen medieval, el icono basaba su representación de carácter religioso en la disposición de una serie de figuraciones simbólicas sin ningún tipo de trabazón aparente, como manchas planas de color independientes entre sí, sobre un soporte de madera en el que también podían incrustarse fragmentos de metal.

No solo el icono estaba presente en el trabajo de los responsables de las vanguardias soviéticas; también la experiencia parisiense palpitaba con mucha intensidad. A través de los viajes o bien de las grandes colecciones rusas —los últimos rastros de la pintura que aun utilizaba la realidad para ser representada en la tela, desde Monet hasta Cézanne y Van Gogh—, los artistas soviéticos estaban creando su propio mundo, e incluso llegarían a superar con creces, aunque solo fuera por poco tiempo, al propio Picasso, el máximo responsable de la desintegración absoluta del mundo de la figuración...[+]


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