Estamos celebrando el 150 aniversario de Rudolf Steiner (1861-1925), fundador de la llamada ‘antroposofía’, un movimiento cultural que ha tenido una enorme importancia en las formas de construir, habitar y pensar —por decirlo con términos de Heidegger— en los países germanos y nórdicos. Nacido en un pueblo de Croacia, entonces Austria-Hungría, Steiner es hoy célebre por haber creado los principios de esa religión secular y por haber desarrollado una singular arquitectura. Hijo de un trabajador del ferrocarril, supo aprovechar sus estudios universitarios para convertirse con 23 años en editor de las obras de Goethe, en uno de los mejores intérpretes del filósofo Fichte y en uno de los pocos lectores de Nietzsche. Cuatro biografías, publicadas coincidiendo con su aniversario, actualizan este singular decurso vital e intelectual: la de Miriam Gebhardt, Rudolf Steiner. Ein moderner Prophet (Deutsche Verlags-Anstalt, Munich 2011); la de Christoph Lindenberg, Rudolf Steiner. Eine Biographie 1861-1925, (Freies Geistesleben, Stuttgart, nueva edición sobre la de 1997); la de Helmut Zander, Rudolf Steiner. Die Biographie (Piper Verlag, Munich 2011); y, finalmente, la de Heiner Ullrich, Rudolf Steiner. Leben und Lehre (C. H. Beck, Munich 2011)...