La vida de Napoleón Bonaparte (1769-1821) ha alimentado infinitas publicaciones y conocidas películas, desde la dirigida por Abel Gance en 1927 (de cinco horas y media) hasta la de Ridley Scott en 2023 (de cuatro), pero poco se ha escrito sobre su cama y su tumba. Sin embargo, resulta interesante comparar la lit de camp, es decir, el catre de sus batallas, en el que luego moriría en la isla de Santa Elena, con esa cama para el más allá que es el monumental sarcófago en los Inválidos de París: la belleza funcional de un hombre práctico que necesita descansar bien frente a la fastuosa barca funeraria con el ataúd-edredón donde reposan sus restos...[+]