Quizá el edificio más importante de mi vida, al menos por su influencia, haya sido la biblioteca de Manchester. Allí descubrí Hacia una arquitectura de Le Corbusier, la obra de Henry-Russell Hitchcock sobre Frank Lloyd Wright… Descubrí esos mundos, que se entremezclaban con un mundo infantil de ciencia ficción, de viajes siderales incluso antes de que la carrera espacial comenzase. La ciencia ficción de mi niñez se convertiría en la realidad que vendría después. Que yo recuerde, el primer boceto que hice fue el de un avión, un aparato de dimensiones colosales que yo mismo pilotaba. Todavía me siguen inspirando los mundos que me cautivaban de niño. Para mí no son piezas individuales, sino partes de un todo: me resulta imposible separar los mundos del diseño, los objetos, la pintura, la escultura, la arquitectura… Para mí forman parte de lo mismo...
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