Foto: Diana Pfammatter

En mis inicios tuve dos grandes maestros: un artista, Joseph Beuys, y un arquitecto, Aldo Rossi. Con ellos comencé a sentar las bases intelectuales y formales de mi arquitectura. Rossi era en nuestra época el profesor más conocido de la escuela, y tenía un gran carisma. Nos inspiró mucho, sobre todo con sus dibujos, escritos y charlas; más incluso que con su obra construida. Fue un hombre increíble, y seguramente ha sido una de las principales influencias en nuestra andadura. No nos gustaba la arquitectura que se estaba produciendo entonces: los Hollein o los Stirling nunca fueron de mi gusto, ni del de Pierre tampoco, y por eso buscábamos una alternativa. Beuys era distinto, un hombre del norte frente a la cultura mediterránea que representaba Rossi. Cada uno a su manera nos hizo entrever un camino posible. No seguimos un camino estrictamente rossiano ni beuysiano; al final emprendimos un viaje propio, pero seguro que en él hay huellas de ambos...[+]