El Teatro Nacional, las casas de Goethe, Nietzsche o Liszt, el Museo de la Bauhaus… Weimar cuenta con numerosos espacios que cuentan su rica historia —no en vano es patrimonio de la humanidad—. Pero ha tenido que pasar un siglo para que su episodio político más significativo tenga también su sitio: el Museo de la República de Weimar, que Muffler Architekten ha rematado con un liviano bloque adosado a las ruinas de un antiguo arsenal en el corazón mismo de la ciudad.