Mies es menos: un centenario revisionista

Mies es menos: un centenario revisionista

Luis Fernández-Galiano 
30/06/1986


En la Antigüedad existía un castigo póstumo —la damnatio memoriae— que prescribía la desaparición de las obras y los retratos de quien merecía esta condena para que la historia no guardase constancia de su vida. Lo que está ocurriendo con el legado miesiano no es precisamente lo mismo, pero si sugiere una firme oposición a la posibilidad de que el maestro cabalgue después de muerto. La City londinense, el MoMA y la ciudad adoptiva de Mies —Chicago— son los escenarios de lo que el autor de este articulo llama ≪la segunda muerte de Mies≫, ocurrida precisamente en el año del Centenario. Se trata de un fenómeno que bien podría ocupar un lugar de honor entre los símbolos del fin del Movimiento Moderno y, al mismo tiempo, vuelve muy oportunas las reflexiones sobre la más o menos conflictiva relación entre una generación y su precedente. 

Una muerte póstuma (1985)
Georgia, la hija mayor de Mies, coloco un ramo de rosas amarillas entre las manos de su padre. Era el 19 de agosto de 1969 y ambos se encontraban en una habitación del Wesley Memorial Hospital de Chicago. Al día siguiente, las cenizas de Mies van der Rohe se enterraron en el Graceland Cemetery junto a la tumba de Louis Sullivan. Georgia, la niña que había asistido a la escuela de Isadora Duncan en Potsdam, la adolescente que quiso ser bailarina y devino actriz, escucho al organista interpretar una obra de Bach. Tal fue la primera muerte del arquitecto...[+]


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