Aprovechar las ventajas de la construcción industrializada —aumento de la calidad constructiva, mejora de las condiciones de trabajo, reducción de los plazos de ejecución y, en teoría, también de los costes—, pero sin renunciar a la libertad tipológica, y consiguiendo además un buen rendimiento energético, son los factores que determinan las series de viviendas prefabricadas M02HPS-serie y M0HPS-modular, proyectadas y comercializadas por Juan Marco y Carlos Barberá.

Ambos sistemas parten de un compromiso con el cliente de establecer un precio y un plazo cerrado para un producto que, sin embargo, permite una adaptación flexible a cada encargo y emplazamiento particular.

Para conseguir tales fines, el proceso de diseño no incide tanto en las formas de la casa como en los sistemas de fabricación y montaje que se emplean para implantarla en su contexto. Así, se proyecta el espacio y se planifica su producción atendiendo a cada caso concreto, en función de las necesidades de los habitantes, el espacio y el presupuesto disponible, además de los condicionantes climáticos.

En la vivienda modular construida en Burjassot (Valencia), por ejemplo, las diferentes unidades premontadas en taller se han construido con una estructura de acero dotada de suelo y techo, a la cual se fijó in situ el revestimiento de paneles industrializados y una cubrición completamente acabada. En este caso, la elección de los materiales en función de su ligereza, sus prestaciones térmicas y su ciclo de vida, estuvo acompañada por una implantación bioclimática en la parcela, buscando las orientaciones solares más propicias así como los vientos dominantes para favorecer la ventilación natural cruzada.