Los próximos cinco años transformarán y robotizarán la construcción en España: hacer casas será más rápido, más barato y más ecológico. ¿Cómo cambiará nuestra relación con la arquitectura?
El estado de la tecnología permite hoy construir en fábrica con más calidad que en obra. "Ya no hay nada que se pueda hacer in situ que no se pueda hacer en una factoría", explica José Miguel Adam, ingeniero e investigador de la Universitat Politècnica de València. "La construcción prefabricada aguanta mejor la erosión del tiempo. Sólo es un poco más frágil en caso de emergencias, en terremotos y situaciones parecidas". "La gran novedad", añade el arquitecto Patxi Mangado, profesor de la Universidad de Navarra, "es que ya es posible encargar una sola pieza sin que cueste más que producir en serie". La fama de que la construcción industrializada sólo permite hacer unas pocas cosas, bastante básicas, ya no es real. Las formas irregulares y a medida se pueden fabricar con precios competitivos.
La arquitectura prefabricada, por tanto, es en 2021 duradera, versátil y cálida para sus habitantes. Además, se construye deprisa y ofrece más control sobre el acabado del producto, que ya no depende del talento de un maestro de obras. Su impacto medioambiental también es muy bajo y el reciclaje y las reparaciones son más sencillas.
¿Cuál es el beneficio de derribar y volver a construir una casa a cada generación? "La lógica es económica", explica Pablo Saiz, director del estudio Modulab, especializado en vender y construir chalets hechos en molde. "Yo vivo en un chalet de los años 90. Para calentarlo, gasto hasta 600 euros al mes. Las primeras casas que hicimos en Modulab, en 2007, reducían el consumo a 400 euros como máximo. Y las que hacemos ahora gastan cero... Habrá un momento en el que yo mismo me plantee que me es más rentable volver a construir mi casa. Antes poníamos el ejemplo del coche de hace 30 años. Ese coche lo hemos reemplazado, entre otras cosas, porque gastaba 11 litros de gasolina cada 100 kilómetros y eso es hoy insostenible"...
El Mundo: La vivienda del futuro será de usar y tirar