Ladrillo, una pequeña historia de un material global

Grávido o liviano

Fernando Tabuenca  Jesús Leache 
31/12/2013


Obras como ‘La columna y el peso’, de Juan Navarro Baldeweg, sugieren las paradojas perceptivas que produce la gravedad en el arte y la arquitectura, y son fuente de inspiración para escribir hoy sobre el ladrillo.

Las leyes de la física rigen inexorablemente el territorio de la construcción, y la construcción es el vehículo que materializa la arquitectura. De entre aquellas, la ley de la gravedad ha planteado históricamente los mayores desafíos a los arquitectos. La materia es masa, y con ella se construye la arquitectura. De las pirámides de Egipto a las actuales edificaciones, toda la historia de la arquitectura podría resumirse desde la ambición humana de construir refugios y monumentos cada vez mayores con menor masa. La pirámide de Keops es pura masa, dispuesta de la forma geométricamente más estable. Apilar piedras, una encima de otra, es la manera más elemental de hacer arquitectura. El hombre va luego aprendiendo a organizar la materia. La sala hipóstila de la construcción adintelada de Luxor dio paso a las basílicas romanas, cuyas bóvedas permitían reducir los apoyos intermedios. La transición del románico al gótico responde a ese mismo propósito de cubrir mayores luces con menos materia, acentuando la liviandad del espacio. En una trasposición a la construcción del lema olímpico citius, altius, fortius, cada civilización ha querido ir más allá...


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