Opinión 

La resiliencia urbana

¿Restauración, rehabilitación o reconfiguración?

Richard Sennett   /  Fuente:  Building and Dwelling (Penguin Books, 2018)
30/11/2018


Las palabras ‘resiliencia’ y ‘sostenibilidad’ son lugares comunes que dominan el urbanismo actual. Pero los miembros de esta pareja no son idénticos. En la construcción, ‘sostenible’ puede significar duradero y permanente, mientras que ‘resiliente’ significa la capacidad de recuperación de algo tras estar sometido a fuerzas o presiones producidas en el tiempo. Un metal resiliente puede absorber las tensiones para no romperse o deformarse de manera permanente: recupera su forma.

Las ciudades necesitan ser reparadas constantemente, y el urbanista tienen cosas que aprender del artesano en relación a cómo repararla. Para recuperar un jarrón roto, el artesano puede seguir tres estrategias: la restauración, la rehabilitación o la reconfiguración.

Cuando restaura un jarrón, el artesano busca que el objeto vuelva a parecer nuevo. Usa cada pedacito de porcelana rota, rellena los huecos con materiales idénticos a los originales y emplea un pegamento transparente. Su trabajo debe parecer invisible; el tiempo queda suspendido. Otra opción es la rehabilitación. En este tipo de trabajo, el artesano usa porcelana moderna y un pegamento más resistente que el original pero que se nota en la superficie del jarrón. La mano del artesano resulta evidente. Un tercer tipo de actuación sería la reconfiguración. Aquí, el hecho de que algo se haya roto resulta ser una oportunidad para crear un objeto diferente al original, tanto en su forma como en su función. El artesano usa los pedazos rotos del jarrón para hacer un plato, incrustándolos en un pegamento, de manera que el nuevo-objeto-viejo pueda contener fruta o carne. En la reconfiguración, el artesano se convierte en un inventor de la forma, en lugar de en un mero reparador de las formas concebidas por otros.

En la restauración, el original gobierna los materiales, la forma y la función; en la rehabilitación, los materiales se liberan, pero sigue existiendo una estrecha relación entre la forma y la función: en la reconfiguración, este vínculo se debilita, aunque los materiales sigan siendo los del original.

Los análogos urbanos de la restauración, la rehabilitación y la reconfiguración permiten aproximarnos al concepto de resiliencia. La simulación de un pueblo victoriano en Shanghái es una restauración en las que la mano moderna pretender ser invisible. La rehabilitación recurre a una variedad de materiales, aunque el vínculo entre la forma y la función sigue siendo estrecho. La reconfiguración de una ciudad emplea formas abiertas, de manera que la ligazón entre la forma y la función quede debilitada, y la ciudad se vuelva libre para evolucionar: se abra.

El poeta romano Lucrecio puede ser hoy un buen consejero a la hora de pensar sobre el cambio climático y las ciudades. Recomienda que no peleemos contra las turbulencias del tiempo, sino que las aceptemos, que vivamos y trabajemos con ellas. Ese espíritu es el que deberían tratar de recuperar para la ciudad las técnicas de resiliencia. Entre ellas, la más valiosa sería el arte de la reconfiguración.

Este texto procede de Building and Dwelling (Penguin Books, 2018).


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