Esta instalación es una representación: no pertenece al ámbito de las artes plásticas, sino al del teatro. Su título no es, como equívocamente señala la ficha técnica, La furia de los santos: en realidad se denomina La pasión de los santos. Y sus figuras no provienen, como también se afirma, de los lienzos de Sánchez Cotán en la Cartuja de Granada: están extraídas de los bodegones toledanos del mismo pintor. En esta obra de Francesc Torres nada es lo que parece. A su autor se le ha reprochado la tendencia a la literalidad narrativa; pero aquí cada gesto evidente oculta un sentido emboscado; o acaso el espectador se complace en buscarlos… [+]