Arte y cultura  Exposición 

Stirling, el ogro taciturno

Una gran exposición recuerda al maestro británico

Luis Fernández-Galiano 
28/02/2011


Le llamaban Big Jim, aludiendo tanto al tamaño de su talento como a sus dimensiones corporales. James Frazer Stirling (1924-1992) fue en efecto un arquitecto fuera de escala, y su humanidad voluminosa la más demandada en el circuito académico y profesional de los años 60, tras deslumbrar con la facultad de ingeniería de la Universidad de Leicester (1959-1963), una obra maestra que convirtió a su autor en un mito. Lo atestigua Léon Krier que, fascinado por Leicester, comenzó a trabajar en su despacho londinense en 1968 («No sabía a qué otro sitio podía ir... Le Corbusier había muerto, la maniera de Kahn era demasiado superficial, y la obra construida de Ungers, demasiado horrible».) Acaso por la influencia del joven Krier, y desde luego bajo la presión ambiental del emergente movimiento postmoderno, Stirling cambió nítidamente de rumbo a mediados de los años 70, sustituyendo las referencias formales a la modernidad heroica de las vanguardias con una amalgama de citas vernáculas y clasicistas que culminaron en la admirable Neue Staatsgalerie de Stuttgart (1977-1983), una obra culta, irónica y urbana que mostró las posibilidades de ese lenguaje. Sin embargo, su muerte prematura y el simultáneo descrédito del clasicismo postmoderno lo relegaron pronto a un olvido inmerecido, del que ahora lo rescatan varios libros y una exposición que, basada en los archivos depositados en el Centro Canadiense de Arquitectura, se inauguró en la Universidad de Yale —donde fue profesor durante dos décadas— y visita también dos museos europeos, ambos ampliados por Stirling, la Tate Britain y la mencionada Staatsgalerie de Stuttgart, antes de terminar su recorrido en Montreal...


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