Opinión 

Garajes habitados

El futuro cercano en 'Arkitekten'

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Garajes habitados

El futuro cercano en 'Arkitekten'

Jorge Gorostiza 
01/11/2023


Fotograma de la serie Arkitekten


Las obras de ciencia ficción se refieren al momento histórico en que fueron creadas más que al incierto porvenir donde se desarrollan. Por eso no importa que sus predicciones se cumplan o no, sino el estudio que hacen de su propio tiempo para alertar a la sociedad sobre los peligros del mañana.

Un ejemplo reciente es la serie noruega Arkitekten, que sucede en Oslo en un futuro próximo. Tiene como protagonista a una arquitecta de treinta años que aún no ha podido ejercer su profesión y trabaja como becaria en un gran estudio, a pesar de que siempre esté prácticamente vacío porque todos sus miembros teletrabajan. Y aunque la firma cuenta con tecnologías avanzadas, como impresoras 3D o gafas de realidad virtual, en casa la protagonista dibuja con lápiz y escalímetro, muestra de que apenas le permiten participar en proyectos así como de los apuros económicos que le impiden adquirir herramientas más sofisticadas.

En la serie, la labor de los arquitectos no ha cambiado demasiado, pero la ciudad sí. Los vehículos han desaparecido del centro urbano, pero eso no ha mejorado la vida de los ciudadanos porque las zonas libres se han privatizado. Sin embargo, el gran problema es la falta de viviendas y su prohibitivo precio. Otro arquitecto del estudio ha logrado abonar parte de una hipoteca, pero tiene problemas para continuar pagando su pequeño piso, aunque esté repleto de objetos de diseño.

La escasez de suelo residencial ha provocado que los aparcamientos subterráneos, en desuso por la ausencia de coches, se hayan parcelado ilegalmente y que cada plaza de coche se alquile como vivienda, sin intimidad al estar compartimentada con cortinas, ni condiciones higiénicas, ya que los habitantes tienen que compartir un aseo por planta. La protagonista, que no puede permitirse una casa, ha de alquilar uno de esos cubículos a diez metros bajo tierra. Pero esta situación desafortunada se torna favorable cuando gana un concurso promovido por una inmobiliaria para construir mil viviendas en el centro de Oslo, proponiendo precisamente la conversión de garajes en residencias.

Las casas pequeñas han proliferado en los últimos años, y en todas las ciudades, incluidas las españolas, cada vez se construyen más viviendas de menos de treinta metros cuadrados, bordeando la legalidad por su incumplimiento de los estándares residenciales. Pero los hogares subterráneos de Arkitekten no solo tienen el problema de su dimensión mínima, sino que además carecen de iluminación y ventilación naturales: otra cuestión actual. Hace pocos meses, el alcalde de Nueva York Eric Adams afirmó que los dormitorios no necesitan aperturas al exterior y se propuso cambiar las ordenanzas municipales. En Filadelfia o Washington D.C. ya no se exige este requisito, por lo que muchos profesionales se están movilizando (véase Arquitectura Viva 253) para intentar detener esta insensata modificación de la normativa.

Uno de los motivos para eliminar el contacto directo de los dormitorios con el exterior de los edificios es económico, ya que se abaratan las partidas de carpintería, si bien no se piensa que la ventilación mecánica supone un coste, además de un gasto energético. Otro motivo es el suculento negocio que supone la transformación de edificios de oficinas, innecesarias por el trabajo remoto, en viviendas sin obligación de ventilar los dormitorios.

Parecido a un episodio de Black Mirror por las consecuencias nefastas a las que conducen las decisiones de los personajes, Arkitekten muestra a los arquitectos como cómplices inevitables de un problema creado por quienes dictan las normativas urbanísticas, justificado por la necesidad de crear nuevas viviendas a toda costa. Un planteamiento claramente demagógico que conduce a un retroceso en los derechos de los ciudadanos y que quizás suceda pronto, teniendo en cuenta que hay y habrá naciones gobernadas por quienes anteponen el beneficio económico de unos pocos al bienestar de la mayoría.


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