Construido casi al tiempo que el estatuto de autonomía, el Museo de Arte Romano de Moneo marca el punto de partida de esta guía, que recopila las realizaciones de las últimas tres décadas en una región carente de escuelas de arquitectura pero permeable a todo tipo de planteamientos proyectuales. Las instituciones autonómicas apostaron desde un principio por obras valientes para construir su capital, Mérida, sobre la ciudad romana, eludiendo recreaciones nostálgicas y reivindicaciones localistas. Oíza, Calatrava o Navarro Baldeweg firmaron esos inicios y, posteriormente, generaciones sucesivas han ido invadiendo con aires nuevos tanto los centros provinciales como sus periferias: el palacio de congresos de Mérida (Nieto y Sobejano), el de Badajoz (Selgas-Cano), los centros infantiles de Badajoz (Galeano y Prieto) y Olivenza (Ganivet) o la casa parroquial de Plasencia (Guzmán, Jaque y Krahe) incitan a recorrer un territorio cuyo dinamismo bien resume el bucle de García Rubio para la estación de autobuses de El Casar.