La nómina de grandes estadios proyectados por GMP (Von Gerkan, Marg und Partner), iniciada con la reforma del olímpico de Berlín en 2004 (véase Arquitectura Viva 106) y engrosada con los de Ciudad del Cabo y Puerto Elizabeth para la Copa del Mundo de Sudáfrica en 2010 (véase Arquitectura Viva 130) y el proyecto del de Manaos, que se construirá para el Mundial de Fútbol de Brasil de 2014 (véase Arquitectura Viva 130), se acaba de ampliar con las dos grandes dotaciones en las que se ha celebrado la inauguración y la clausura de la Eurocopa de 2012: el Estadio Nacional de Varsovia (Polonia) y el Estadio Olímpico de Kiev (Ucrania).
La agitada historia de la Polonia del último medio siglo está presente en el primero de ellos, erigido sobre el solar ocupado por un mastodóntico estadio de 1955 —edificado con los escombros de la Varsovia arrasada durante la II Guerra Mundial— y que, con la caída del socialismo en 1989, se convirtió en el Bazar Europa, un inmenso mercado de productos ilegales que incluso llegó a ser la segunda empresa más próspera del país.
Cerrado en 2007, el edificio fue después demolido con el fin de construir el nuevo estadio, formado por un zócalo de hormigón armado prefabricado y una cubierta textil ligera sostenida por un anillo de pilares de acero inclinados que se sitúa en el perímetro del edificio. Con una superficie de 69.000 metros cuadrados, una capacidad de 55.000 asientos y una superficie comercial de 25.000 metros cuadrados, el estadio es el más grande de Polonia.
Por su parte, el Estadio Olímpico de Kiev —donde la selección española de fútbol se proclamó a la postre campeona— es otra de las grandes dotaciones proyectadas por GMP para la Eurocopa de 2012. Como en el caso de Varsovia, también esta construcción da cuenta de la convulsa historia del país. El solar ocupado por el edificio lo fue primero por el Estadio Rojo de Trotsky, construido en 1923 para la celebración de los Juegos Panucranianos. En 1936 se proyectó un nuevo estadio para 50.000 espectadores, cuya ceremonia de apertura estaba prevista para el 22 de junio de 1941, el mismo día que las tropas nazis invadieron la Unión Soviética. El edificio fue finalmente inaugurado en 1948, y posteriormente sufrió varias remodelaciones. La más importante de ellas, en 1968, consistió en la ampliación de su aforo hasta los 100.000 espectadores, gracias a la cual el estadio pudo acoger la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 1980.
La remodelación de GMP ha sido respetuosa con este proceso histórico de metamorfosis. Dispuesta en torno a la vieja construcción, la estructura de la nueva cubierta (definida por una urdimbre de pequeñas cúpulas) se separa del volumen preexistente con el fin de no alterar la característica geometría de las tribunas superiores. También se ha reconstruido el antiguo pabellón de acceso, que devuelve al estadio su carácter representativo. Por lo demás, el conjunto consta de una piel de escamas de vidrio delicadas y transparentes, que convierten la pesada estructura de hormigón armado en un cuerpo evanescente.