Inspirado en la dualidad existente entre el mundo de los adultos y el de los niños que describe la célebre novela de Lewis Carroll, el proyecto para una escuela infantil en Alcorcón (ver AV Monografías 147-148), diseñado por los madrileños María José Pizarro y Óscar Rueda, propone trasladar al espacio real el país maravilloso de Alicia, un universo pleno de sensaciones, juegos, escalas y colores diferentes. Planteada como un juego de construcción infantil, la escuela, con una superficie construida de 1.350 metros cuadrados, está formada por una serie de piezas de colores y materiales variados que se disponen en torno a un espacio central que funciona como ámbito polivalente y diáfano, desde el que puede accederse a las aulas. La volumetría se homogeneiza con una gran cubierta, que alberga las instalaciones del edificio y que se quiebra, especializa o perfora para adaptarse a los usos que se desarrollan bajo ella.