Alemania devuelve a Nigeria un millar de estas obras de arte en un “hito histórico” para la restitución del patrimonio expoliado.
A finales del siglo XIX, el reino de Benín tenía el monopolio comercial del delta del Níger y amenazaba los intereses británicos en la zona, así que un oficial de la Royal Navy, James Phillips, se propuso entrevistarse con el oba (rey) para convencerle de hacer hueco a los comerciantes de Londres. Pese a ser advertido de que no era buen momento porque se estaba celebrando un festival religioso, se adentró con una expedición hacia Benin City. Nunca regresó. Su asesinato dio a los británicos un pretexto para la invasión. Un mes después, Londres envió 1.200 soldados que quemaron hasta los cimientos el palacio real, destruyeron la ciudad y saquearon la colección real: miles de colmillos de marfil, esculturas y magníficos objetos hechos de bronce, latón y madera acabaron en Gran Bretaña como botín de guerra. Fue el final del poderoso reino de Benín.
Dos de aquellos objetos, la cabeza conmemorativa de un rey y un panel en relieve que muestra a otro monarca con sus cuatro asistentes, son las dos primeras piezas de los llamados bronces de Benín que este mes han partido de Alemania de vuelta a Nigeria...
El País: El largo camino de vuelta a casa de los bronces de Benín
El País: Alemania revisa su pasado colonial en su nuevo museo estrella