La palabra ‘robot’ evoca algunas de las obsesiones del siglo XX. Delinea, para empezar, la figura servil de aquellos robota con los que Karel Capek dio carta de naturaleza al mito y que encontraron su expresión más amable en la pareja de androides de Star Wars. Nombra también a esos fieles y en general inútiles servidores domésticos que cada año se exponen en las muestras de tecnología japonesas. Y sirve, a la postre, para describir a los gólems contemporáneos, a esos Prometeos autómatas o replicantes que llegarán un día y serán difíciles de distinguir de los humanos, como nos advirtieron Philip S. Dick en la inquietante ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Ridley Scott en la aún más inquietante Blade Runner...[+]