Mientras lo natural y lo espiritual parecen desvanecerse, la efeméride de un centenario nos recuerda la posible fuente de inspiración ofrecida por un inconfundible artista: Joseph Beuys. El concepto ampliado del arte, la plástica social y la democracia directa siguen siendo, hoy en día, las metas que un agitador radical dejó a medio camino para que otros con el mismo espíritu nómada siguieran sus pasos.
La tradición del idealismo y del romanticismo del norte y centro de Europa arraigó en Joseph Beuys como uno de sus herederos predilectos. Influido por las lecturas de Novalis, Schiller, Goethe, Jean Paul, Nietzsche, Hegel, Kierkegaard y, más tarde, por las enseñanzas de Rudolf Steiner, teósofo y principal inspirador de sus teorías sociales, el artista protagonizó una de las trayectorias más intensas de la segunda mitad del siglo XX. (Continuar leyendo)