Diseñar para la vida

Daniel Díez Martínez   /  Fuente:  El País
28/12/2020


Para el ruso Melnikov, su vivienda se convirtió en su cárcel. Philip Johnson exhibió su día a día en la Glass House y Le Corbusier eligió para él la cabaña más pequeña que jamás había diseñado.

El edificio de viviendas sociales de El Ruedo (Madrid, 1986-1990) junto a la M-30 es una de las obras más importantes de Francisco Javier Sáenz de Oiza. También una de las más polémicas. Las formas curvas de algunas de las viviendas y el tamaño de las habitaciones prendieron la mecha del descontento de sus residentes, 346 familias de vecinos realojados del poblado chabolista del Pozo del Huevo de Vallecas. Lejos de amilanarse, Sáenz de Oiza decidió ir a escuchar sus críticas en persona. Lo que comenzó como un encuentro casi divertido, en el que el arquitecto sonreía y bromeaba mientras resistía con estoicismo una lluvia de quejas, fue tensándose hasta que el maestro perdió la paciencia e interpeló a uno de los vecinos: “Deja la casa y hazte arquitecto, a ver si las haces mejor”...

El País:  Diseñar para la vida: las casas que los arquitectos crearon para sí mismos y sus familias


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