Tildada a veces de monótona, la arquitectura escueta y elegante de David Chipperfield no deja de demostrar una sorprendente capacidad de adaptación a contextos muy diversos, que van desde la hipercivilizada Berlín hasta las globalizadas ciudades emergentes de Asia. Tal sugiere la nueva sede de Amorepacific —la empresa surcoreana más importante de productos de belleza— en el centro de Seúl: un inmenso edificio de 216.000 metros cuadrados, 100 metros de ancho y otros tantos de altura, que se define por la que es desde hace ya años la nota característica de la arquitectura de Chipperfield: el empleo de retículas y lamas que confieren al edificio un aspecto sereno, elegante y representativo; características sin duda apreciadas tanto por instituciones públicas como por compañías privadas. El edificio se completa con un gran atrio, alrededor del cual se organiza la extensa gavilla de espacios interiores.