Rem Koolhaas ha inaugurado la torre que marca la finalización del conjunto de la Fundación Prada en Milán. Pensado para albergar la colección permanente de la institución, este edificio de 9 plantas y 60 metros de altura se perfila como un nuevo hito de la ciudad. A través de la variación en el tamaño de la planta, la altura libre y la orientación, el volumen se adapta a una programación cambiante, que se ve reflejada exteriormente en su geometría irregular. Construida con hormigón blanco, la torre dispone de espacios expositivos en las seis primeras plantas, mientras que las tres restantes albergan un restaurante, un bar y una terraza panorámica.