En el barrio de Aldea Moret, en Cáceres, el estudio Nieto y Sobejano ha transformado una antigua nave industrial de hormigón en un centro cívico. Llamado Embarcadero, el edificio acogerá un híbrido programa: espacios expositivos, salón de actos, despachos para asociaciones vecinales, centros de formación y parque interactivo medioambiental. La rehabilitación de esta pieza es el primer paso para la dinamización social y cultural de un área degradada que se había levantado a mediados del siglo pasado para la empresa minera Compañía Riotinto. Sin abandonar su pasado fabril, el centro se ha adaptado a las sensibilidades bioclimáticas actuales; la construcción metálica que sirve de referencia y orientación espacial del conjunto alberga una instalación de paneles fotovoltaicos, que se une a las placas térmicas instaladas en la cubierta de la nave. Así mismo, los antiguos cerramientos del volumen se han transformado en paneles de vidrio transparentes o translúcidos con lamas de ventilación que contribuyen a optimizar su sistema energético.