En pleno centro de Ceuta y lindante con el Paseo del Revellín (que toma su nombre de una de las fortificaciones de la ciudad), un nuevo complejo cultural, blanco y lacónico, diseñado por Álvaro Siza, brilla ya bajo el sol africano. Situado en una extensa manzana que pertenecía al Ministerio de Defensa, el conjunto (véase AV Monografías 147-148) está presidido por la arquitectura rotunda del auditorio, que vuelca su sobrio revoco hacia un patio central al que se accede a través de los estrechos pasadizos abiertos entre los intersticios de los edificios que forman el complejo, diseñados con la voluntad de mimetizarse volumétricamente en la trama de la ciudad.