Sociología y economía  Actualidad 

Europa y los refugiados

Bienvenidos a la jungla

31/12/2016


Victor Hugo dijo que la historia de una civilización no se escribe en sus monumentos, sino en sus alcantarillas. En nuestros días, esas alcantarillas son las fronteras, líneas que se calientan por la fricción entre economías y culturas desiguales, y en las que acaba prendiendo el fuego. Europa vive hoy acosada por problemas de diferente índole y díficil solución, de los cuales quizá el mayor sea el reto que supone para la pax del continente —basada hasta ahora en la estabilidad política y la prosperidad económica— la llegada de sucesivas oleadas de inmigrantes que huyen de sus laminados países de origen, ya sea Siria, Afganistán o Libia. Se calcula que en lo que llevamos de año han llegado a Italia y Grecia unos 300.000 migrantes, de los cuales apenas un 4 % se han repartido entre otros países de la Unión Europea. El resto sigue allí, distribuidos en centros de acogida o a veces simplemente confinados en ‘ciudades instantáneas’ a las que no llega el paraguas protector de la Ley. Pero la más sangrante de las polis de refugiados no está en Italia o Grecia, sino en Francia, un país acosado por una pertinaz crisis de identidad y en el que ha crecido el ominoso campamento de Calais, al que muy acertadamente se llama la ‘jungla’. Ahora, esta ciudad de chabolas de plástico en el que malvivían 6.500 demandantes de asilo ha sido desmantelado, y donde antes se levantaban las precarias construcciones han quedado sólo hogueras prendidas por los migrantes como un gesto simbólico. En realidad, esas hogueras son la mejor imagen para describir una Europa en llamas. 


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