Entrevistas 

Anna Heringer, materiales y comunidades

Estética de la precariedad

Peter Buchanan 
31/12/2012


Para Anna Heringer, la arquitectura es una herramienta para mejorar la vida de las personas. El barro es el material que le apasiona, por su ubicua disponibilidad, su flexibilidad de uso, su rendimiento y su belleza. Después de su primer encuentro con Bangladesh y las construcciones que realizó durante su época de cooperante universitaria, Heringer ha regresado allí con regularidad. Su proyecto fin de carrera, de 2004, consistió en una escuela autoconstruida en aquel país que, poco después de graduarse, consiguió llevar a término: la Escuela Rural METI en Rudrapur (2005-2006), con Eike Roswag como consultor técnico. Esta multipremiada ópera prima de Heringer fue levantada por la propia población local usando bambú y barro mezclado con paja y pisoteado por búfalos de agua hasta volverse moldeable. Poco después vinieron otras obras, tres casas y el DESI, una escuela de formación profesional, ambas de 2007-2008. Heringer trabaja ahora en un Centro de Formación para la Sostenibilidad en Marruecos, otro país con una rica tradición en construir con tierra. También enseña, da muchas conferencias y realiza asesoramientos...

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