Paulo Mendes da Rocha
El máximo reconocimiento internacional en el campo de la arquitectura ha recaído este año en Paulo Mendes da Rocha, figura fundamental de la escuela paulista. Un jurado compuesto por Frank Gehry, Balkrishna Doshi, y Carlos Jiménez, entre otros, se inclinó por «el empleo osado de materiales simples» y «la profunda comprensión de la poética del espacio» del segundo brasileño en recibir este premio. El primero fue Óscar Niemeyer en 1988, cuyas obras han dejado también una ineludible impronta en la tradición brasileña. Mendes da Rocha estudió arquitectura en la Universidad Mackenzie de São Paulo, donde se tituló en 1954. En sus proyectos, diseñados con formas rotundas y contundentes, incorpora con destreza sus conocimientos ingenieriles, cuyas técnicas le proporcionan acabados impecables. Sus obras más destacadas son el Club Atlético Paulistano (1961), el Museo Brasileño de Escultura (1995) y la Plaza del Patriarca (2002), todas en São Paulo. El pabellón de Brasil para la Expo de Osaka (1970) fue otro de sus hitos, actualmente ya desaparecido. El Pritzker a sus 77 años se suma a los numerosos premios que ha recibido a lo largo de su fecunda carrera profesional.