La arquitectura informe es muy formal. Tal como sucediera con su antecesora, la arquitectura deconstructiva, su propia formulación resulta paradójica. Si la arquitectura es sobre todo construcción y forma, despojarla de cualquiera de esos atributos puede entenderse sólo desde la intención polémica y la provocación literaria. Entre las figuras de la retórica, una de las más contundentes es el oxímoron, que reúne términos antitéticos, como en el caso de los «fuegos fríos» que consumen a tantos amantes secretos en la lírica amorosa. «Arquitectura informe» es un oxímoron crítico, una figura retórica o licencia poética que persigue iluminar los rincones más sórdidos de lo contemporáneo a través de construcciones descompuestas, combinando la nostalgia del lodo de algunas vanguardias refinadas con el exquisito frisson de plaisir del contraste térmico del helado flambé en las papilas gustativas de la apreciación estética…[+]