Esta nueva infraestructura situada en un barrio de las afueras de Ho Chi Minh se llama The Chapel, pero en realidad no sólo es una capilla, sino también un espacio polivalente donde los vecinos pueden reunirse tanto para celebrar bodas como para organizar exposiciones, conferencias o conciertos. Debido a la crisis inmobiliaria, la parcela donde se halla ahora el edificio se había convertido en un cementerio de viejas construcciones, de las que sólo quedaban algunos restos diseminados por el suelo. Con el propósito de conseguir el máximo con lo mínimo, la capilla se ha construido reaprovechando los restos de chapas, barras y carpinterías metálicas presentes en la parcela, y que ahora forman un entramado sostenido por una pilar en forma de árbol, que se remata con una especie de ramaje metálico.

El resplandor de la capilla pintada de blanco inmaculado se contrapone a los alegres reflejos policromados de las cortinas plásticas del lucernario y de la fachada, que evocan las antiguas vidrieras de los templos. El acceso al edificio, que supone un inesperado cambio de ritmo en el contexto urbano, se produce a través de un bosquecillo que conduce a un cuidado jardín desde el que puede ver la capilla enmarcada por dos árboles. La relación entre lo natural y lo artificial se sugiere también en el resto de elementos de la capilla: el jardín delantero, el patio trasero, el pilar arbóreo...