London Olympic Stadium
Populous 
 London Olympic Stadium

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¿Cómo gestionar el legado olímpico tras la finalización de los Juegos?, ¿cómo reciclar un conjunto de edificios diseñados para dar cuenta del mayor evento deportivo mundial, cuando los atletas y los turistas desaparecen, y las necesidades locales —mucho más reducidas— son las que prevalecen? Tales cuestiones, que han definido de un modo u otro el planteamiento de los Juegos de Londres en general, han determinado también el proyecto y la construcción de su edificio más emblemático: el Estadio Olímpico.

Con el fin de evitar que el edificio acabe deviniendo una dotación perpetuamente sobredimensionada, el estadio se ha concebido para evolucionar con el tiempo, y es, por tanto, perfectible. Las formas son sencillas y pueden adaptarse a nuevos requerimientos; los materiales son reciclables y han requerido poca energía para ser fabricados; el sistema constructivo es muy ligero, además de concebirse para ser montado y desmontado con facilidad según sean las necesidades. De este modo, el estadio podrá acoger a los 80.000 espectadores que está previsto que acudan a la ceremonia de inauguración de los Juegos, y posteriormente podrá desmantelarse de manera parcial, convirtiéndose así en una dotación dimensionada para sólo 25.000 asientos.

El edificio se emplaza en una pequeña isla con forma de diamante rodeada por dos canales preexistentes, al sur del Parque Olímpico. Comparado con otros ejemplos anteriores, el estadio es muy compacto, y no requiere de soluciones estructurales gravosas. Otra de sus singularidades es su modo de implantarse en el terreno a través de un podio ligeramente elevado, que albergará tiendas y pequeños restaurantes, y por el cual los espectadores podrán moverse libremente mientras tienen lugar los eventos deportivos.

Dos cuerpos complementarios forman el estadio: un graderío desmontable y una estructura triangulada, que soporta la cubierta. Esta última ha sido diseñada para evitar que la velocidad del viento en el interior del recinto supere los 2 metros/segundo durante las competiciones atléticas (lo cual invalidaría las marcas), y para reducir al máximo el gasto de material, por lo que, frente a las costosas soluciones convencionales en simple voladizo, se optó por una cubierta textil autoportante y tensada mediante cables tendidos entre un anillo de tracción exterior y otro interior de compresión.

Obra

Estadio Olímpico, Londres.

Cliente

Olimpic Delivery Authority.

Arquitectos

Populous.

Consultores

Buro Happold (estructuras, instalaciones); Arcadis y CLM (dirección de ejecución); Hyland Edgar (paisajismo); Vanguardia (acústica); Steer Davies Gleave (circulaciones); CLM (gestión de proyecto).

Contratista

Sir Robert McAlpine.

Fotos

Populous; Album/View/Edmund Sumner.