Allston Library, Boston

Machado Silvetti Associates 


El sistema de bibliotecas públicas de la ciudad de Boston cuenta con 27 sucursales, cuya característica común es la de funcionar como centros comunitarios de barrio además de como lugares de consulta y lectura. A diferencia de otros edificios institucionales más severos y de mayor tamaño, estas sucursales suelen ser de menor escala, y su talante más accesible y democrático. Allston es un barrio periférico de casas, pequeñas industrias y almacenes, sin demasiado ambiente urbano. La biblioteca pública debía cumplir por deseo del cliente varias condiciones: ser reconocible como edificio público, contar con un jardín de lectura en el centro y disponer de una entrada independiente para su uso por parte de la comunidad fuera del horario de apertura. Los 1.840 metros cuadrados de superficie se organizan en tres bandas paralelas a la calle: una primera zona de actividad donde se sitúa la enrada y el área de almacenamiento en estanterías; una segunda banda más transparente que alterna jardines con pabellones de lectura; y una banda posterior destinada a las salas de reunión de uso comunitario.

Cada sección del edificio responde a unas necesidades de representación: el frente a la calle ofrece una sala a doble altura, que acentúa su carácter institucional, rematada por una cubierta con inclinación hacia el interior, en diálogo con las cubiertas de las casas vecinas. La rotundidad de esta fachada, con un cuerpo superior que aparece quebrado y una marquesina que avanza sobre la acera invitando a los peatones a entrar, así como su permeabilidad—un largo ventanal horizontal permite avistar el interior de la biblioteca— consiguen que el edificio tenga una fuerte presencia, a pesar de su modesto tamaño. Una vez dentro, el usuario descubre que junto a la sala mayor se disponen los jardines y pabellones de lectura, de escala y ambiente más doméstico. El jardín de lectura para niños se desarrolla alrededor de un haya gigantesca que proporciona sombra a todo el patio. En el silencioso jardín central, los mayores pueden leer bajo las ramas de pequeños árboles de flor. Por último, un patio menor ajardinado marca la zona de acceso a la banda posterior, cuya discreción responde a su condición de centro vecinal.

Mediante lo que podría denominarse ‘pragmatismo iconográfico’ —que utiliza recursos figurativos y abstractos—, la sucursal de Allston consigue equilibrar el carácter de una biblioteca pública con una imagen confortable, adecuada a su función como ‘salón’ del barrio. Los materiales utilizados colaboran en la identificación de la biblioteca como un lugar acogedor y cercano. La pieza central está aplacada con pizarra procedente de Noruega. También de pizarra, pero de Vermont, son las piezas que cubren el cuerpo de la sala de lectura y los bloques irregulares que conforman el zócalo de planta baja. Las carpinterías exteriores y el revestimiento de la zona de administración son de madera de jarrah, una especie oriunda de Australia que sin necesidad de tratamiento ni mantenimiento resiste la intemperie y adquiere con el tiempo una agradable pátina. Los interiores combinan paredes de caoba africana en tonos claros con suelos de corcho y maderas duras, en la misma gama de color...[+]


Obra
Sucursal en el barrio de Allston de la Biblioteca Pública de Boston, Massachusetts. 

Cliente
Ayuntamiento de Boston. 

Arquitectos
Rodolfo Machado y Jorge Silvetti. 

Colaboradores
Timothy D. Love, Matthew T. Oudens, Michael Le Blanc, Grgory G. Canaras; Richard Burck (paisajismo). 

Contratista
Peabody Construction. 

Fotos
Michael Moran.